09 abril 2009

Bitácora del viaje a Córdoba (II)

 Día 2 (02/04/2009):

 Nos hemos levantado pronto para poder aprovechar el día al máximo. Como no hay bañera de bebés en el hotel llenamos la bañera grande y me meto yo con Diego. Parece que el pequeñajo disfruta del baño en la "piscina".

 Hacemos las maletas y bajamos a desayunar. Tomamos un desayuno con buffet en el que podemos encontrar panceta, huevos revueltos, todo tipo de facturas, tostadas, zumos, cereales y yogures.

 Hacemos el check out del hotel y guardamos las maletas de nuevo en el coche, que se quedará en el hotel mientras nosotros salimos a dar un paseo por Córdoba.

 Al ser un día festivo (en realidad de luto, ya que es el día de Malvinas), casi todo está cerrado. Podemos ver desde fuera varios edificios importantes como la catedral (muy ruinosa y con partes llenas de hollín producto de un incendio), la universidad y varios edificios que se remontan a los jesuitas.

 Un detalle de la mala hospitalidad de algunos cordobeses fue que cuando íbamos a salir de una capilla jesuítica bastante bonita el encargado nos cerró la puerta en las narices a nosotros y a otro grupito de gente que estaba dentro y nos hicieron recorrer la sacristía y otras estancias de la parte trasera para salir por una portezuela por donde a duras penas pasaba el carrito de Diego.

 Al mediodía comemos en un centro comercial al lado del hotel y se nos presentan dos rumbos de acción: hacer un city tour por Córdoba, lo que equivaldría a ir a Carlos Paz ya anochecido o ir allí directamente después de comer.

 Nos comentan que para ir a Carlos Paz hay dos caminos, la autopista y el "camino de las 100 curvas", este último mucho más pintoresco y con más encanto para el turista. De manera que decidimos no hacer el city tour para poder ir por el camino turístico a Carlos Paz.

 Por desgracia la mala señalización de Córdoba de nuevo nos juega una mala pasada y terminamos en la autopista que va a Carlos Paz, no teniendo ocasión de recorrer el "camino de las 100 curvas".

 Llegamos a Carlos Paz a eso de las seis de la tarde y, cosa rara, encontramos a la primera el hotel: Altos del valle.

 Hacemos el check in, nos dicen que tenemos una habitación en el primer piso (el hotel tiene habitaciones en planta baja, en primera planta y el comedor y las piscinas están en el -1) y nos encontramos con el primer escollo: el hotel no tiene ascensor. No es que no funcione, ¡es que no tiene! De manera que tenemos que subir las maletas, el carro y a Diego todo por la escalera.

 La habitación está bastante bien. Además cuenta con una cama de más, aparte de la matrimonial y de la cuna para Diego, así que se convierte en el sitio donde ponemos la maleta y en el cambiador de Diego.

 Decidimos salir a dar un paseo y nos encontramos con otro problema: el hotel está más o menos cerca del centro, pero por desgracia la calle que lleva allí es más bien una carretera y no se puede ir caminando con el carrito, ya que los coches pasan deprisa. Con lo que tenemos que usar el coche para ir y venir si o si.

 Paseamos un rato por el centro de Carlos Paz, vemos un par de sitios donde podremos comprar regalos para llevar a Buenos Aires y vamos a un Disco, compramos leche y pañales para Diego porque sospechamos que no nos van a alcanzar los que hemos traído y nos volvemos al hotel.

 La cena del hotel es un buffet de primeros, donde hay tortilla, empanadas, leymeyún, vitel toné, fiambres y ensalada. Después hay un único plato caliente, que hoy consiste en milanesa a la suiza.

 Nos vamos a dormir con la idea de salir por la mañana temprano hacia Villa General Belgrano.

 Continuará...

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