25 marzo 2008

Fernan

 Desde que nací me han llamado de varias maneras.
 Mis padres, mis amigos y algunos familiares siempre me llaman Nando.
 Otros familiares y mis abuelos usan un más formal Fernando.
 Mi hermana Arantxa siempre me llama Tate (en España a los hermanos mayores se les llama Chache y cuando ella tenía que pronunciarlo era demasiado pequeña, de manera que solo le salía Tate y así quedó).
 Aquí en Argentina me he acostumbrado a que todos me llamen Fer. Incluso algunos compañeros de trabajo me llaman Gallego o Gaita en referencia a cómo se les llama aquí a los españoles.
 Pero sólamente mi tío Miguel Ángel me llama Fernan. Él y mi tía han sido dos de las víctimas mortales de esta Semana Santa en las carreteras españolas, dejando dos hijos demasiado pequeños.
 Este es mi homenaje a un tío que siempre se portó genial conmigo, que siempre me quiso y que siempre se interesó por cómo estaba.
 Recuerdo que él fue quien me regaló mi primera cartera. Recuerdo los días enteros que me iba con él y mi prima a un terreno que tenía que siempre llamé "La parcela de Miguel Ángel". Recuerdo cómo siempre pasábamos las tardes de domingo con él y mis abuelos en casa de éstos, donde comíamos patatas fritas y cortezas de cerdo. Recuerdo muchas de las historias que se contaban en torno a la mesa de cómo volvían loca a mi abuela (que en paz descanse) entre él y mi padre. Recuerdo que siempre estaba deseando que le fuéramos a visitar para agasajarnos con una de las mejores paellas que he comido. Y recuerdo la última vez que le vi, cuando se ofreció a llevarnos a Romi y a mi al aeropuerto, cuando pasamos las Navidades en Madrid.
 Ahora más que nunca se nota la distancia. Querría estar con mis padres, mi hermana, mis tíos, mi abuelo y con toda la familia en estos momentos duros, pero estoy a miles de kilómetros de distancia. Espero que al menos un poco sientan que estoy junto a ellos.
 Siempre te recordaremos y te querremos. Descansa en Paz y mándale muchos besos a la abuela de mi parte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque esté lejos, esos días estuviste tan cerca como cualquiera de nosotros, porque el dolor fue el mismo. Un besazo.

Mariano dijo...

Nando, aunque digan que la distancia es el olvido tú bien sabes ya que no es así. Por ello te aseguro que en estos días tan tristes habéis estado tan cerca como el que más.

Ahora sólo nos queda recordar los buenos momentos vividos y mantenerlos frescos en nuestras memorias para que siempre estén con nosotros y podérselos transmitir a los nuevos que vendrán.