Releido este libro me he quedado con la misma sensación que la primera vez que lo terminé: es un libro entretenido, pero nada del otro mundo.
El libro se divide en dos historias: En el presente (más exáctamente en 1972) la protagonista es arrastrada por la novela de un lado para otro entre Nueva York y Argelia en busca de unas piezas de ajedrez que prometen un poder oculto sin límites, tarea para la cual está predeterminada. En el pasado (1970) una monja también está tratando de encontrar las piezas del ajedrez, a la vez que intenta descubrir el secreto que ocultan.
Lo dicho, es un libro entretenido pero hasta ahí. Tiene demasiadas casualidades y el final es demasiado atropellado y facilón. Esperemos que la continuación mejore.
Le damos 3 fernandos y seguimos leyendo "El hombre que calculaba".
24 junio 2009
"El ocho" de Katherine Neville
Etiquetas: Literatura
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