04 septiembre 2006

Mi bandera

 Parece mentira cómo la distancia puede potenciar las cosas.
 Ayer domingo me levanté a las 7:30 de la mañana para ver a la selección de baloncesto, después de no haber pasado una buena noche del viernes al sábado. Quizá en cualquier otro momento de mi vida me hubiera levantado para ver los dos últimos cuartos o incluso el final del partido... pero no, lo vi enterito (en realidad y para ser franco fue desde los primeros 5 minutos). Eso ya demuestra que algo ha cambiado desde mi exilio voluntario.
 Ganamos con comodidad y no festejé los puntos tanto como cuando jugamos contra Argentina, partido que nos costó sangre, sudor y lágrimas ganar. El partido contra grecia fue cómodo.
 Lo curioso del caso fue cuando vi la bandera amarilla y roja mientras sonaba el himno de España. No pude contener las ganas de ponerme de pie y se me puso la piel de gallina como nunca antes me había sucedido con mi bandera.
 Ahora entiendo lo que siempre contó mi padre sobre que se iba a llorar debajo de la bandera española en la embajada cuando estaba en un país extranjero.
 En España, por desgracia, la bandera es símbolo de franquismo y no algo que une a la gente como ocurre aquí, en Argentina. Aquí la bandera es algo que une a cada ciudadano que nació y se siente de este país, sea de la facción política que sea y tenga el pensamiento que tenga. En España no ocurre así, ya que si alguien pega su bandera en el coche o la cuelga en el balcón en una fecha que no sea festiva, le tildan de fascista, franquista o, como mínimo, de alguien de derechas, como si la bandera fuera una exclusividad de este tipo de gente.
 La verdad es que yo no me he sentido más conmovido por ver mi bandera ondear como ayer y lo triste es que para ello me he tenido que ir de mi país.
 Seguiremos informando. Corto y cierro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí, es una penita que los españoles sólo apreciemos nuestra bandera cuando pasan cosas como esta. Y también que seamos tan cerrados que no seamos capaces de separar la bandera de nuestro país de algo tan horroroso como fue el franquismo, y no entendamos que esa gente en realidad no representaba en modo alguno todo lo que la bandera pretende representar.

En fin, después de esta reflexión... Hay que admitir que a falta de letra, somos los que mejor tarareamos el himmo del país del mundo mundial.

ESPAÑAAAAA!!!!!

Anónimo dijo...

La bandera, desde el punto de vista material, no es mas que un trozo de tela que cuelga de un mastil o que se prende en un balcón. Pero le que realmente significa se potencia de una manera increible cuando estas fuera de tus fronteras. En ese momento es cuando sabes y aprecias lo que realmente significa. Cuando te paseas por cualquier sitio de tu país casi pasa desapercibida, pero cuando estas fuera nunca, nunca dejas de mirarla, de sentirte emocionado, de admirarla, de querer tocarla e incluso te corre por el cuerpo un hormigueo que hace que te ponga la piel de gallina. Es en esos momentos cuando aprecias el significado real de la bandera. Desde esos momentos la visión de TU (con mayúsculas) bandera nunca más pasará desapercibida ya que has aprendido lo que significa.